Sunday, March 11, 2012

Miller has not returned to Broadway to make anyone laugh


"The play is about mortality and the possibility of a trace.  
Willy Loman is trying to write his name on a cake on a hot July day".
Arthur Miller, 1949



Willy Loman is 63 years. He works as a salesman. He goes from door to door selling. Few people remember it. They have no words about it, neither good nor bad. But Loman did not cease in its efforts. He travels and sells, even if it cost him his entire life.
Loman’s story is a classic. It is a portrait of the American dream rags written by Arthur Miller 64 years ago.  Death of a Salesman was written in 1948 and released in the Morosco Theatre, in 1949, by Elia Kazan.
Death of a Salesman was created by Miller during the postwar period, when the American nation was already reeling from the crisis of 1929 and the triumph of the Allies in World War II with his optimism flooded the United States. Therefore, its revival on Broadway  by Mike Nichols on March 15th is the perfect time to question again is not the American dream, but the post-Bretton Woods agreement.
The character of the seller defeated trying to recover his good position is already a classic of American theater. Has been interpreted before by actors like Dustin Hoffman, Brian Dennehy and Lee J. Cobb. However, their profile becomes painful at a time when Wall Street and outraged occupy the middle classes feel cheated by banks.


Willy Loman has spent his life selling for the same company, until one day he is fired. He is forced to borrow money. He has shared a lifetime of marriage but deceives his own wife. Every day he gets his kids hate him more. He tries desperately to erase the mistakes he made, but without success.
Loman uns gets only solution: suicide, so his family can live the life insurance money. Thus, Miller creates the effect of a tragic end. The play ends with the grim scene of a funeral of a lonely man whose funeral only attended by his wife and children. No friends nor enemies. No knows or curious.
Recognized with a Pulitzer Prize, The Death of a Salesman was a play that forced an entire country to think that the American dream was that, a dream.
This is a play where everything is questioned. The seller of mechanical work that challenges his own failure, someone who did not progress up the economic ladder and could not form a family that respected him.
A man who is fired after years of loyalty to a company. A man who is a mirror of many today. A man who can not transcend. "The play is about mortality and the possibility of a trace. Willy Loman is trying to write his name on a cake on a hot July day" said Arthur Miller for the premiere of the work, for six decades.
Mike Nichols (who has won seven Tony Awards for his productions on Broadway is also known for films like The Graduate) has been able to choose the right time, also the appropriate casting: Philip Seymour Hoffman will play Willy Loman, Linda Emond plays the wife of Loman and Andrew Garfield, the actor who played the betrayed partner Michael Zuckerberg in the network act in the role of a son of Loman. Thus, Nichols brings back a work whose distressing story touches closely, very closely, viewers and readers.

Sunday, February 12, 2012

El puddle de Lucía Etxebarría




La Fugitiva, calle Santa Isabel, número siete, lunes, nueve y media  de la mañana.

He quedado con un buen amigo para hablar de cosas que se hablan en sitios como estos. Me permito toser, como quien justifica el chiste,  o directamente declararme habitante de un universo de personas que problematizan sobre la fenomenología del peluche, entiéndase por tal, esa disciplina que versa sobre conversaciones, razonablemente civilizadas,  basadas en la especulación  y fundamentalmente pretenciosas.

Justo antes de entrar, mi amigo -que ha publicado un magnífico ensayo en The Nation motivo de este encuentro- y yo, hablamos sobre el nivel del lector. También sobre traducciones, periodismo y demás inquietudes de los 'story tellers' -cabe destacar que el story teller es él-. Yo sólo escribo para vivir.

Nada más atravesar el umbral de la puerta, me sentí incómoda. Había pasado antes frente a esa especie de librería café, pero jamás había entrado. Y mis primeros pasos en el interior del local no hicieron más que empeorar la primera sensación de aquella mañana.

 Y no fue desagradable porque el lugar fuese feo; al contrario, tenía hermosos pisos de madera; columnas antiguas; altos techos, también de madera; mesas envejecidas, con coquetos maceteros; ediciones de bolsillo, cuidadas tapa dura, curiosas traducciones...

Pero todas aquellas estanterías llenas de libros me produjeron una especie de malestar físico. Como si en verdad fueran palabrotas, excentricidades o imposturas ante las que es mejor hacerse la vista gorda.

-Un café con leche y un cortado, por favor.

Cuando retomamos la conversación, ya sentados en una mesa, volvimos sobre el ensayo que mi amigo había escrito. Buscaba en la versión PDF almacenado en mi Ipad el párrafo donde creí que mi amigo mejor retrataba la figura de uno de los editores españoles clave para explicar el auge y caída de un cierto tipo de periodismo de los últimos 30 años. Mientras hacía esfuerzos por conseguirlo, sentía a mi alrededor el peso de presencias. Libros, libros, libros.

Novedades. Unas tras otras. Diario de un invierno, de Paul Auster. Delicadas y coquetas traducciones de Salamandra. Todo ahí, muy junto, con un poder orgiástico y acumulativo. Una energía superior a la de todos los bosques tropicales del Amazonas rociados con toneladas de cloro ejercía.

Tantos libros, tanto papel. Pensé con mi tableta a cuestas. No soy una entusiasta de los e-books, Ni mucho menos. Líbreme Dios de promover el progreso o militar en las filas del futuro.

Recientemente, en su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, José Ignacio Wert habló de bajar el tipo de IVA del libro electrónico al mismo nivel que el gravamen del libro en papel.

Al momento no podía dar crédito. Primero, por la falta de detalles sobre el anuncio, y segundo por la poca curiosidad que generó entre los parlamentarios, quienes se entretuvieron largamente en el origami electoral de la tauromaquia sí/tauromaquia no, o catalán sí, catalán tal vez.

Tan sólo en enero de 2012, la Agencia del ISBN registró un total de 7.634 títulos de los cuales 1050 (19%) eran sólo de ficción y 'temas afines'. A eso se suma otro dato, tan curioso como alarmante, en el año 2011, las editoriales  españolas publicaron más de 103.000 libros  en todos los formatos (papel, digital, y otros) y en todas las lenguas.

¿Hay lectores para tantos libros? ¿Qué se edita y qué se lee? Según las cifras aportadas por la Federación de Gremios de Editores de España(FGEE) , más de tres mil editoriales españolas publicaron al menos un libro.

Si las cifras aportadas por la FGEE  son exactas, el sector libro aporta 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB,  y da trabajo a 30.000 personas. El libro es una de las industrias más protegidas empresarialmente hablando, goza de un precio fijo en un mercado en el que los libreros y distribuidores además de determinadas editoriales- gozan de subvenciones y protecciones oficiales, además de compras de bibliotecas. Ajá. ¿Será por eso el recelo de las asociaciones de libreros al e-book y cualquier cosa que se le parezca?

Pero ahora veamos el otro lado. Según el barómetro de lectura de este año, cada español compró una media de 9 libros en 2011. No es una cifra despreciable y sin embargo, existen autores como Lucía Etxebarría, muy dada ella al espectáculo desde el del canalillo al de la escritura vaginal- que han decidido que rasgarse las vestiduras puede incrementar las ventas en el mecanismo de trituradora editorial.

Hace poco menos de dos meses, en los días de navidad, unas semanas antes de lanzar a la venta su nueva novela, Lucía Etxebarría anunció que dejaría de escribir a causa de la piratería. Causó revuelo con una tormenta de tonterías de las que los medios nos hicimos eco.

Al día siguiente del anuncio de Etxebarría, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte aprobó el reglamento de la Ley Sinde y la puesta en marcha de una comisión de Propiedad Intelectual. Etxebarría vio la luz y recobró la vocación. Con medidas como ésa podía volver a escribir. Santo Wert o menuda burla.

Son casi las once y media cuando Jon, mi amigo, y yo estimamos oportuno levantarnos y seguir con nuestras labores. Estamos levantándonos de la mesa cuando una mujer con actitud ansiosa  y un perro puddle atado a una cadena hala para sí una de las sillas en la que todavía está posado uno de nuestros abrigos. 

 “¿Os vais ya?, preguntó la mujer. Sí me deja terminar de coger mis cosas, tal vez, pensé en responderle.

Al fijarme bien de quién se trataba, noté que era Lucía Etxebarría, la tosca autora a la que referí en párrafos anteriores, quien ahora se acomodaba, muy histérica ella, en la silla, frente a un portátil mastodóntico. El puddle, que seguía atado,  daba vueltas alrededor de la mesa con la vehemencia insana con la que dueña dirigía sobre todo una mirada maniática y aprehensiva quizás ambos, el perro y ella, tomen la misma medicación-. 

Alrededor, libros... libros y más libros. Volví a mirarla. 
Sentí una mezcla de agotamiento y horror.
Hay cosas sobrevaloradas.

Cogí mis cosas y salí de ahí.


Sunday, January 29, 2012

The president's daughter fans herself

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When Hugo Chávez restricted  foreign currency transactions in Venezuela, his daughter Rosinés was 5 years. She’s now 14. A decade since, Venezuelan people lives under a strict exchange monetary control which not only freezes the local currency value but also the amount of non Venezuelan money they can buy. Five devaluations have been made during all that time. 
Last depreciation occurred in 2010. It was an extravagant monetary transaction in which the bolivar was renamed as 'strong bolivar'. This disguised devaluation  consisted in the subtraction of three zeros from the nominal value of the currency.

2.500 Bolivares equals 2.5 “Strong Bolivares”. This is just one example of government's attempts in order to makeup the runaway inflation. Indeed, since 2005 prices in Venezuela have increased over 160%.

The legal authorized amount of dollars one citizen can purchase at official price (in the parallel market its value usually get doubles) is 2500 (per year) for traveling and 400 for online shopping. That’s the reality: for a whole year, 2.900 dollars. No more.

To apply  for the legal amount  is necessary to explain to the Administration Commission (Cadivi) whats the money final purpose. Depending on whether is a trip, a student assignment abroad or for commercial imports. Only the first request (travel) must be completed  trough a 14-step process where. Its instructions are described in a 194-page manual.

Request the money does not guarantee its approval. Thousands of Venezuelan citizens are forced  to buy dollars on the black market. The official exchange for Venezuelans bolivars is 4.30  per dollar. In the black market this value reaches 9 bolivars. 

There are different values ​​according to an official classification distributed as follows: a change of 2.60 bolivars intended for those priority sectors such as food, health, remittances and public sector imports, and 4.30 bolivars to the rest.Buy dollars is forbidden in Venezuela. Is just not possible. In no bank. Much less in exchange houses (they were raided and closed).
By law, is punishable acquire foreign currency by any other mechanism than those imposed by Cadivi, unless you have a foreign account or be willing to pay double (for something that legally belongs). Most Venezuelans choose the second option, which also explains why in Venezuela everything costs double or triple.

Importing products is vital for oil-based economies.  That's why traders are forced to buy their goods in dollars or in its reference value. The right to buy at official rate is often denied, so much people must resort to the parallel exchange, which by the way is fluctuant. Local Sales must be made according to bolivar's value.

If I buy a candy bar for a dollar (official change rate) its value would reach 4.30 bolivars. But... if that same chocolate is imported under the parallel market exchange, the price will be 9 bolivars. We could repeat this with any other thing and could seem fake or even worse: absurd.
 
When Hugo Chavez triggered the exchange control in 2003, his youngest daughter Rosinés Chavez was five. Today she is 14 and becomes famous. But not for the anecdotes about their pets once told his father, but for something really serious. The president's daughter posted on the Internet a photo of his face is covered with a range of dollars. The gesture is almost obscene.

We could justify her stupidity. It's a teenager. However ... When photographed herself, imagined the Chavez youngest daughter  that  to have access to the same amount of money  ordinary citizens are forced to make almost soviet procedures (of which she is exempted)? 
No, maybe she does not know. She just fans herself. That's it. Fans herself with a bunch of dollars.